HISTORIA DE LAS PELEAS DE GALLOS EN LA REPUBLICA DOMINICANA

viernes, 5 de noviembre de 2010

Elpidio Báez “El Señor De Las Prohibiciones”


las lidias de gallos son la afición nacional, que mueve un capital importante, y da trabajo a miles de personas.-

Por: Juan Carlos De Padua

Llama mucho la atención que en tiempos en que la suprema corte de justicia de los Estados Unidos se ha pronunciado con relación a la afición de las lidias de gallos, en nuestro país República Dominicana, exista alguien que se atreva a hablar de prohibición.




Según la Suprema Corte de los Estados Unidos el derecho a la defensa de los animales pertenecía a una sección de los derechos importantes pero nunca por encima de la Libertad de Expresión, que pertenecen a una jurisdicción superior de donde se soporta el régimen democrático y las libertades personales, donde el pluralismo ideológico toma parte, como al igual, las libertades del individuo. Esta soportada básicamente por costumbres, derechos adquiridos, tradición, que son más bien bienes culturales, que definen como somos y porque.

Con respecto a las peleas de gallos las dictamino como completamente legales porque constituían un patrimonio cultural-recreativo del Pueblo de Puerto Rico, por lo que sus transmisiones eran completamente licitas, y que formaban parte  en una industria informal muy importante y representativa, como también, comenzaba ya a ser importante en el turismo cultural, ya que muchos viajan a Puerto Rico a ver y comprar gallos, y esto generaba consumos en hoteles, restaurantes, transportación, taxis, en fin, movían un importante sector que en los momentos actuales era de importancia.

Cuando esto está sucediendo en Estados Unidos con relación a las peleas de gallos,  ¿A quién se le ocurre en un país como República Dominicana, donde las lidias de gallos son la afición nacional, que mueve un capital importante, y da trabajo a miles de personas que viven de esta actividad diariamente, plantear su prohibición?

A un diputado.  ¡Si a un diputado!  Repasemos la historia para conocer el personaje del que hablamos.  Manuel Elpidio Báez Mejía es recordado en la Republica Dominicana de manera funesta, ya que, en el año 1998 siendo a la sazón director de la Defensa Civil, todo el país recuerda con la torpeza y la ignorancia que este señor se manejo al frente de ese organismo, con el inminente paso del huracán George por el país.  Y a seguidas recordaremos lo sucedido.

El Señor Elpidio Báez en una decisión errática y con la percepción de que se llenarían de sus adversarios políticos, prohibió la apertura de los refugios contra huracanes, provocando la muerte de cientos  de dominicanos durante el paso de uno de los huracanes más letales que ha visto la isla, el huracán George en 1998.  Tal fue la torpeza con que se manejó este diputado, que la población lo recuerda como uno de los grandes errores de la primera gestión del presidente Leonel Fernández y cuyo responsable fue Elpidio Báez,  ese diputado que hoy se quiere hacer el gracioso, ¿sabe Dios a quien?, proponiendo la prohibición de las lidias de gallos en Republica Dominicana.  

“El señor Elpidio Báez argumenta  en su proyecto de ley su deseo de evitar la crueldad contra los animales, incluyendo las peleas de gallos, (el señor de las prohibiciones), dijo que no se puede permitir que dos gallos sean echados a matarse por una simple diversión.  Y además dijo que su proyecto de ley prohibirá la venta de alimentos que hagan daño a los animales.”  Yo quisiera que ustedes, amigos lectores, me digan cual es ese distribuidor agro veterinario que vende productos con el único fin de hacerles daño a los animales.

Por muchas razones, una vez más, este diputado demuestra su torpeza e ignorancia, por eso todas las asociaciones de criadores y defensores del gallo de pelea deben estar atentos a estas voces agoreras de politiqueros cuyo único fin es buscar notoriedad y protagonismo, aunque por lo descabelladas y cantinflescas de sus propuestas ellos mismos aparezcan ridiculizados.

Es una preocupación de todo el continente gallístico lo que quieren plantear estas  sociedades pseudo-protectoras de animales que no cesan en su empeño de acabar con estas tradiciones ancestrales que forman parte de nuestra cultura y costumbres de nuestros pueblos. Estas  están bien organizadas y cuentan con muchos recursos, de topo tipo, para conseguir sus propósitos. Sólo la unión de todos nosotros podrá detener estas pretensiones, por tanto es mi llamado a todos los galleros del continente que nos mantengamos unidos y a una.

De aprobarse esta ley violaría gravemente la Declaración Universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural (República Dominicana es miembro de la UNESCO desde el 4-11-1946). 

Nosotros por nuestra parte seguiremos dando a conocer las luces que tiene esta actividad que nos llena de orgullo y nos viene de nuestros ancestros.  El gallerismo nacional sigue creciendo cimentando las buenas normas y costumbres sociales de legalidad y respeto mutuo entre caballeros que buscan el compartir sano y el cultivar relaciones de amistad sincera y armoniosa.  Por eso esta afición, pasatiempo número uno del dominicano, sigue congregando hombres con valores excepcionales donde el valor de la palabra reina por encima de todo.

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