El sistema digestivo de las aves es anatómica y funcional mente diferente al de otras especies animales. Incluso existen diferencias entre especies de aves, especialmente en tamaño, que en gran parte depende del tipo de alimento que consumen. Por ejemplo, aves que se alimentan de granos tienen un tracto digestivo de mayor tamaño que las carnívoras, y aquellas consumidoras de fibra poseen ciegos más desarrollados. El largo del sistema digestivo, en proporción al cuerpo, es inferior al de los mamíferos. Los órganos que constituyen el aparato digestivo de las gallináceas, se esquematizan en la Figura 16.1. Las aves no tienen labios; en su lugar presentan dos estructuras córneas que conforman el pico, que sirve para aprehender los alimentos y como órgano de defensa. La boca y la faringe no presentan una diferenciación clara; la boca se comunica con la cavidad nasal por medio de dos aberturas ubicadas en el paladar, el que es duro. La superficie interior de la cavidad bucal está revestida por glándulas salivales. La lengua es un órgano rígido y prácticamente inmóvil. La faringe se comunica con el esófago, de forma tubular, en cuyo interior la mucosa segrega mucus. En la base del cuello el esófago presenta una dilatación, conocida con el nombre vulgar de buche, donde se almacenan los alimentos para incorporarles humedad y temperatura, facilitando así su paso y posterior digestión. El buche no tiene función digestiva ni de absorción, sin embargo, cumple una función dosificadora de la ración consumida a través del tracto gastrointestinal.
Después del esófago está pro ventrículo, que corresponde al estómago glandular, que tiene forma fusiforme; la mucosa contiene glándulas que producen pepsinógeno y ácido clorhídrico. A continuación se encuentra un órgano muscular, la molleja o estómago muscular, que sirve para triturar los alimentos, sustituyendo la ausencia de dientes. En su interior hay una cierta cantidad de piedrecillas, consumidas por el ave y que actúan como molino y funcionan por movimientos circulares y de compresión de la estructura muscular. No está claro si la molleja produce alguna secreción, pero cumple una importante función digestiva por su acción triturante y por el tiempo de permanencia de los alimentos en su interior, lo que permite que la pepsina de origen proventricular actúe sobre los alimentos que se están triturando (Sturkie, 1955)
En el intestino se distinguen dos partes, el área duodenal y el íleon. El duodeno es el principal lugar de digestión y en la parte posterior, se encuentran las ampollas que comunican con los conductos que traen las secreciones del páncreas y el hígado, a diferencia de los mamíferos que se encuentran en la parte anterior; además hay una secreción intestinal. El páncreas y el hígado producen enzimas proteo líticas, amilolíticas y lipolíticas; además se produce una se cretina intestinal que estimula la secreción pancreática. El íleon se divide en dos partes, íleon anterior e íleon posterior que cumplen una función principalmente de absorción de nutrientes digeridos. El intestino presenta movimientos peristilos, de segmentación y antiperistálticos, se comunica con el ciego por medio de la válvula íleo-cecal, que hace que los ciegos se llenen y vacíen cada cierto intervalo de tiempo. En el ciego existe digestión bacteriana, pero es poco aprovechada por la escasa absorción que se produce en el intestino grueso. Esta digestión bacteriana actúa sobre la fibra del alimento y existe síntesis de vitaminas del complejo B y algo de absorción de agua (Sturkie, 1955).
El intestino grueso es relativamente corto y no se distingue una separación entre colon y recto. El aparato digestivo termina en la cloaca, que es un órgano de excreción común del aparato digestivo y urinario. Además, el intestino grueso es el principal órgano para absorber el agua de bebida.
Tiempo de digestión del alimento.
Comparativamente, la velocidad de paso de las partículas alimenticias consumidas es alta para las aves. Por lo tanto, la dieta ingerida debe ser de alta digestibilidad. La excreción máxima se produce 8 horas después de la ingesta de la dieta y la evacuación total se produce alrededor de 30 horas post ingesta, dependiendo del tipo de dieta suministrada y del tamaño de la partícula alimenticia. Esta mayor velocidad se convierte en una ventaja para la conducción de ensayos de digestibilidad y determinación de energía metabolizable en un corto período de tiempo. A modo de ejemplo, en el Cuadro 16.1 se presenta la velocidad de evacuación de algunos alimentos comúnmente utilizados en dietas de aves.
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