HISTORIA DE LAS PELEAS DE GALLOS EN LA REPUBLICA DOMINICANA

viernes, 25 de marzo de 2011

Don Manuel”Papi”San Juan

El 28 de febrero del 2011 falleció el distinguido abogado, empresario y deportista puertorriqueño Don Manuel ”Papi” San Juan. Con su muerte se cierra un brillante y nostálgico capitulo en la historia del deporte gallístico de nuestra patria. Fue el último de una generación de deportistas cuya devoción y compromiso con el deporte era de tal magnitud que el juego limpio, la amistad y la confraternidad era compromiso de honor y estaba por encima de cualquier interés personal o material.  Para los deportistas de aquella generación la amistad estaba por encima del juego y cuando dos amigos echaban una pelea, la posta era un simple requisito reglamentario ya que el deporte era un medio para cultivar sinceras y duraderas amistades. Con frecuencia lo veíamos levantar un gallo cuando a su juicio los golpes recibidos le limitaban su posibilidad de continuar peleando. Cuando uno de sus ejemplares hacia una buena pelea y algún amigo lo interesaba no mediaba el dinero sino la satisfacción de complacer el gusto del hermano en el deporte. Era el deportista que al perder su gallo felicitaba a su adversario con un estrechón de manos. Siempre pensó que los rivales eran los gallos y sus dueños eran amigos y compañeros que disfrutaban la pelea sin ningún tipo de resentimiento personal. Fue un apasionado del deporte que disfrutaba y celebraba el triunfo de su gallo pero nunca hiso un gesto o de su boca salió una palabra que pudiera ofender a otro deportista. De esa escuela era Don Manuel San Juan. ¡Cuán distante esta el deporte de hoy del practicado en aquellos años.    Demás está decir que por décadas sus gallos fueron los mejores cotizados en y fuera de la isla. Tampoco podemos dejar de mencionar la extraordinaria habilidad que Papi tenia para armar un gallo. Era un artista en el proceso de fijar y alinear las espuelas pero muy en especial la manera de colocar el esparadrapo.
Don Manuel y Duhamel Colon.

Más que un jugador de gallos, deportista o aficionado a este pasatiempo era un intelectual del mundo gallístico. Podemos señalar sin temor a equivocarnos que Don Papi San Juan vistió de etiqueta al deporte de gallos y lo proyecto al pueblo como elemento social y cultural. Su personalidad y presencia prestigiaba y categorizaba al deporte que por décadas había estado marginado y criminalizado por algunos sectores de nuestra sociedad.   Su participación en el deporte de gallos por casi ocho décadas dejo un imborrable legado de grandes aportaciones para las generaciones que le han sucedido. Hablar de Papi San Juan dentro del mundo gallístico es hablar de excelencia, verticalidad y compromiso por depurar su práctica y orgullo por desarrollar las mejores líneas de gallos finos. Fue el último de una generación de verdaderos caballero cuya visión del redondel era la del teatro donde los actores eran los ejemplares que con mucha dedicación habían criado para que en ese teatro deportivo demostraran su valentía y la capacidad de sus dueños por desarrollar ejemplares de alto rendimiento. La gallera, más que el recinto donde se realizaban las peleas de gallos, era el lugar de encuentros de grandes amigos unidos por la pasión que genera este centenario y muy puertorriqueño pasatiempo.


Fueron muchos los deportistas que acompañaron a Papi en esa etapa romántica del deporte gallístico y que hoy reciben al último de esa generación. Mencionarlos sería difícil porque la memoria nos puede fallar. Los que participamos en algunas de las décadas del 50 al 80 podemos recordar aquel ambiente de verdadero y genuino compromiso con el bienestar del deporte. Lamentamos que esta clase de deportistas y su ejemplar trayectoria en el deporte hayan sido sustituidas por simples jugadores de gallos.  “Papi” fue un incansable luchador por mejorar y depurar el deporte que tanto amo y al que con mucho orgullo practico por más de 8 décadas. Le recordamos con mucha admiración y por su particular estilo de vestir ropa y sombrero blanco.   La aportación que quedara grabada para la historia fue la de haber importado desde Cuba el concepto de Club Gallístico. Durante la década del 40 y 50 y por sus consecuentes viajes a la Habana por motivos de trabajo establece amistad con el Lcdo. Guillermo Díaz Romanach, en aquel entonces presidente del Club Gallístico de la Habana. Comparte con él esta nueva modalidad de entidad gallística y en 1954 organiza el Club Gallístico de San Juan convirtiéndose en su fundador y primer presidente. Luego se organizan cinco clubes en la isla y se originan los históricos y emocionantes intercambios entre estas instituciones. Recordamos muy en especial los encuentros entre el Club de San Juan y el de Arecibo en las décadas del 60 y 70 que reunía la flor y nata del deporte a nivel isla tanto de ejemplares como de tercios y deportistas de corazón. La desaparecida gallera la Muda primera sede del Club de San Juan sirvió de escenario para estos inolvidables eventos. Tampoco olvidemos los esperados discursos del Lcdo. Ávila Medina por los metropolitanos y el Lcdo. Baltasar Quiñones Elías por los arecibeños donde nadie se movía de sus asientos y eran escuchados en un marco de absoluto respeto. 

A partir de la aparición en el deporte de esta nueva institución comienza una etapa de crecimiento y desarrollo de una actividad que hasta ese entonces parecía practicarse como si fuera en el clandestinaje aunque años antes se había legalizado.  Por su amplio conocimiento del deporte y su incondicional disposición para aportar a su desarrollo lo llevaron a ocupar en varias ocasiones la presidencia de la Comisión de Asuntos Gallísticos del Departamento de Recreación y Deportes, organismo rector y asesor del secretario en materia de gallos. Su última gestión en dicha posición fue desde 2001 hasta el 2008. En ese periodo junto a Duhamel Colon, José Ponce Abreu y Carlos Quiñones tuvimos la distinción de compartir como miembro de este organismo y podemos dar fe de que las situaciones que allí se planteaban, Don Manuel las analizaba y se resolvían conforme a la ley y al reglamento y colocando el bienestar del deporte por encima de cualquier otra consideración. Como presidente de Club Gallístico de San Juan y Socio desde su fundación siempre tuvo como norte la pureza del deporte y el prestigio de la institución.  Estamos esperando conocer la persona de esta generación que acepte la plaza que con su muerte deja vacía Don Manuel y tome el batón para continuar demostrándole al mundo que en el deporte de gallos también hay muchas personas de principios y valores que prestigian esta cultural y milenaria actividad.   Hasta siempre Papi. La comunidad gallística y todos tus amigos y admiradores te agradecemos y te despedimos como un todo un inmortal del Deporte Gallístico universal.


Columna Pícalo Gallo.-

Ángel Núñez
nunez_marti@yahoo.com 

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