Muchas revistas, web si tes, criadores y galleros en el mundo a diario discuten las distintas teorías de reproducción de nuestras aves, manifestándose dos tendencias claramente definidas que son la teoría de los cruzamientos de consanguinidad (entre parientes) y la tendencia a los cruzamientos de sangres distintas (hibridacion). Los cruzamientos consanguinidad, basados en la teoría de Mendelismo, nos garantizan la pureza de sangre, y son desde luego mas fáciles de practicar que los de hibridacion. Durante la selección para la cría usted puede observar a un gallo y una gallina, parientes próximo, como buenos para la cría, y si la observacion, de estas dos aves aconseja su empleo en la reproducción, podemos casi asegurar que de su cruzamiento se obtendrán resultados excelentes. Claro es que la descendencia de una pareja excelente no sera toda igual a la de sus padres. Las leyes de reproducción señalan una proporción de productos buenos en la relación de uno a tres, es decir, que de cada tres hijos probable mente uno conservara las buenas características de los padres, mientras tres no habrán logrado alcanzar el grado de perfección que distinguía a sus antecesores, pero siempre sabremos que de ese cultivo, se obtendrá algún buen resultado y la observacion primero y el combate después, se encargaran de revelarnos o darnos una buena idea cual es el ejemplar notable, eliminando automaticamente los ejemplares no aptos para la reproducción.
Debe tenerse muy en cuenta, que aunque los caracteres físicos y fisiológicos de un gallo son una primera manifestación de su calidad, no son los únicos, ni los mas importantes de las condiciones que deben tener que concurrir para ser señalados como ejemplares selectos. Así pues, de nuestros cultivos debemos separar, siguiendo el sistema de consanguinidad, aquellas crías que no tengan los caracteres físicos y fisiológicos de sus padres, pero aun de aquellos pollos que conservaron estas características raciales, debemos de hacer una escrupulosa selección, por la observacion de las características morales, de tenacidad, cría, inteligencia, facilidad de orientación y valor para la lucha con los elementos, que constituyen el factor de calidad, sin el cual ningún ave puede ser considerada de buena calidad y excelencia. Claro esta que el principal medio que tenemos a nuestro alcance para poner de manifiesto estas buenas cualidades es el combate de nuestros gallos. Al lado de este las cualidades físicas y fisiológicas son precisas también, bellas cualidades morales. Provista de unas y no de otras de estas cualidades el gallo de pelea no es nada. Y he aquí porque y hasta nueva orden, el combate de nuestros gallos es siempre el soberano juez del valor deportivo de nuestros demasiado caros amigos, los gallos de pelea. Si siguen las leyes de Mendel y la teoría de consanguinidad notaran que es preciso que eliminen al menos tres cuartas partes de nuestra producción para obtener unos ejemplares notables, así que sera mas difícil aun lograr estos resultados por cruzamientos de hibridacion.
En estos cruzamientos he hibridacion la selección de los padres debe esmerar se aun mas, puesto que, sobre la investigación de sus cualidades físicas y morales, ha de estudiarse, con la mayor atención, la procedencia de los reproductor es, para poder deducir de ella la posibilidad del apareamiento, en relación con la facilidad de la regresión, o salto atrás, desfavorable que puedan presentar los productos obtenidos con este cultivo. Es pues necesario que el criador de esta clase de cruzamientos, conozca perfecta mente los caracteres regresivos perjudicial es para la conservacion de la especie, tanto en los padres como en la descendencia. En los primeros, para no realizar apareamientos entre individuos que los presenten, y en los segundos para eliminar, aquellos gallos que tales caracteres se manifiesten. Y si, a la dificultad grandisima de conocer las procedencias, tan numerosas ya, de los padres, se añade la no menos grave de conocer estos caracteres regresivos de cada especie y la necesidad de esperar la tercera generación, para tener confirmación del éxito o fracaso logrado, no es de extrañar que no sean de aconsejar los cruzamientos de hibridacion, mas que en aquellos casos en que, los conocimientos del cultivador sean ya de tal importancia que le permitan juzgar, por cuenta propia y con garantía bastante del resultado obtenido. En cambio cabe señalar, al cruzamiento por hibridacion, la ventaja innegable de poder mejorar la especie y aun crear variedades nuevas, ya que, este sistema, es el seguido por la mayor parte de los criadores que lograron perpetuar su nombre, asociado al de la variedad por ellos creada.
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