Video de entrevista disponible.-De chiquita la despertaban con su agudo canto anunciando la alborada. Eran cientos. Estaban en jaulas y rejones en la finca de su casa, en el barrio Cambalache de Canóvanas. Los veía empollar y después los traqueaba y les ponía las botas para prepararlos para el combate. La pasión de la senadora Lornna Soto Villanueva por los gallos de pelea es de familia.
“Yo nací y me crié entre galleros. Mi papá Chemo y mis tíos estaban todo el tiempo en la cría de buenos gallos. En casa, la casta de los gallos rubios y de los búlicos es famosa”, dijo Soto con un “pollo” rubio en sus manos en el coliseo Gallístico de Isla Verde, Carolina. Para demostrar su férrea defensa por el deporte del pico y la espuela, Soto llegó a la entrevista con Primera Hora con la copia de una resolución concurrente que presentó el 25 de abril de 2007, para rechazar los intentos del Congreso de los Estados Unidos de eliminar las peleas de gallos en la Isla.
“Yo no tengo banca aquí, pero mi familia todavía juega (en el Coliseo)”, dijo. Agregó que su tía Emérita Soto, quien también es gallera, labora hace 26 años en el lugar. Soto afirmó que defenderá a capa y espada las jugadas de gallos. “Esta industria genera en Puerto Rico $440 millones en apuestas y produce $800 millones al año; 40 mil empleos directos e indirectos”, dijo. Observó que en la Isla hay 200 mil dueños de gallos; se dan 175 mil peleas o más y cerca de un millón de personas pagan por asistir a los eventos cada año. “ Éste el único deporte donde se apuesta y no hay recibos. El recibo es la palabra que se empeña. Es un juego de caballeros”, afirmó la legisladora.
¿Cuánto ha apostado usted por un gallo?
Aquí son permitidas las apuestas desde $1 hasta miles de dólares. Yo miraba más desde afuera, pero de vez en cuando, si tenía un gallo bueno, apostaba mi salario completo para que me lo devolviera. Nosotros siempre ganábamos. ¿A qué edad tuvo usted su primer gallo?
En mi casa había más de 300 gallos y todos eran míos.
Pero no había uno especial. El gallo bolo, era graciosísimo, yo lo cogí desde bebé y pelió a nombre mío. Le ponían mi nombre. Era espectatular, hizo varias peleas, pero se quedó ciego y se dejó para casta. De él nacieron muchos más y también eran reconocidos los gallos bolos en mi casa.
¿Usted traqueaba los gallos? En el traqueadero. Una vez tú te metes en esto, lo amas porque es un deporte de familia. Tú ves desde el criadero cómo la gallina tiene que incubar esos huevos y hay que protegerlos y después cuidas a esos pollitos porque vienen a buscar tu casta.
¿Usted iba con su papá Chemo a las galleras? A toda la Isla y toda la Isla nos visitaba. Es una actividad social. Se crea una amistad y se hace una comida para hacer lo que le llaman las botas. Aunque la senadora Melinda Romero Donnelly le aseguró que las peleas de gallos no estarán incluidas en su propuesta de crear un Código de Bienestar Animal, Soto dijo que “hemos dialogado y estaremos dialogando porque éste es un deporte en el que hay envueltas más de 200 mil personas”. Pero Romero Donnelly no lo considera un deporte. Lo que pasa es que hay que nacer aquí (en una gallera) y nosotros estaremos defendiendo a los más de 200 mil deportistas del pico y la espuela. Hay que conocerlo. Es algo que los puertorriqueños atesoran como parte de su cultura. Cuando tú naces y te crías en esto, sabes de lo que puedes hablar, y cuando tú desarrollas una casta, vas a defenderla. Aunque ya no le puede dedicar el tiempo como antes, Soto sigue amando el deporte. “ Lo viví, lo he vivido y lo sigo viviendo, porque el primero de enero, todos los años, mi señor padre hace una fiesta en el campo y los galleros van allá, hacen botas y lo pasamos como un pasadía familiar”, dijo la senadora penepé.
Fuente: http://www.primerahora.com/lornnasotoesunagallera-434942.html
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