HISTORIA DE LAS PELEAS DE GALLOS EN LA REPUBLICA DOMINICANA

domingo, 2 de enero de 2011

La gallística nacional y su impacto económico



La cultura de los gallos de pelea se  inició en México a la llegada de los  españoles, en el siglo XVI, cuando,  en las playas de la Villa Rica de la   Santa Vera Cruz, obsequiaron un gallo a un  misario de Moctezuma, como parte de los
resentes, que incluían espejitos y otras cosas  más. El gallo tuvo un impacto inmediato  en el gusto de los nativos, ya que los mexicas  sentían una especial admiración por los animales que destacaban por su agresividad y  presencia física, de ahí los Hombres-Águila  y los Hombres-Tigre o Jaguar. Así, durante la Colonia se fue haciendo  más patente esta admiración y gusto por el  gallo de pelea, al grado que las autoridades  decidieron reglamentar este juego, cuya  responsabilidad recayó en el “asentista de naipes”, personaje que estaba mejor preparado  para organizarlo; de ahí que no sea  extraño que cuando la gente escucha “gallos”,  de inmediato considere al gallero como jugador  (y todos subsecuentes epítetos que  esto conlleva).  A través de los años, el juego de gallos  ha tenido innumerables detractores, ya  que –debemos reconocerlo– del mismo  modo que algunos políticos perciben al  país, en muchas ocasiones, la gente que está  inmersa en este ambiente considera que la  gallística es un botín y que, por lo tanto, tienen derecho a tomar su parte; no importa  bajo qué condiciones. Esto ha generado  que personas externas, escritores, compositores   o cineastas, tomen básicamente lo   denigrante y deshonesto de esos individuos  para calificar a la mayoría de los galleros, sin  investigar verdaderamente cuál es el entorno  y la realidad de una actividad agropecuaria   que genera una muy importante derrama  económica al país.  Incluso en los últimos años, se ha pretendido  onvertir a la crianza de gallos de  combate en causa de las epizootias que  han azotado a la avicultura nacional, como  ocurrió en marzo y abril del año 2000, con  funestas consecuencias, a raíz del brote de  Newcastle velogénico en la Comarca Lagunera.    icha actitud se debe al hecho de buscar  chivos expiatorios para los errores que se han cometido en la avicultura comercial  en los años recientes. Baste recordar que la   epizootia de Influenza Aviar (IA) fue causada  por la introducción al país de gallinas   eproductoras que no habían cumplido los  requisitos zoosanitarios implementados por  SAGARPA, y la irresponsable actitud de la  autoridad en diciembre de 1993.
 La epizootia a que aludo se debió a  disposiciones tomadas por asesores estadounidenses   en las instalaciones que Tyson  tiene en la Comarca Lagunera, orientadas a   optimizar los costos de operación de dichaempresa; todo ello sin ponderar, de acuerdo  con la información de que dispongo, los factores  climáticos y las condiciones propias de  la región y del país, lo que lamentablemente  causó pérdidas económicas millonarias.   Sin embargo, más que buscar culpables  de los distintos episodios que han
ocurrido (y, por desgracia, seguirán ocurriendo), debemos estar unidos y buscar   oluciones para que estas epizootias no sean cíclicas, pues la avicultura nacional   es castigada severa y reiteradamente por  errores humanos y administrativos. Es cierto,  se toman medidas correctivas, pero lo  que deberían tomarse son medidas para
prevenir los problemas, y en ellas debemos involucrarnos solidariamente autoridades,


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