El exceso de animales en un lugar crea problemas de higiene, aumenta el estrés y con ello la conducta indeseable de machos y hembras. Los gallos se ponen picones, se comen las plumas y disminuye su potencial de pelea y las hembras en ocasiones se comen los huevos. Esta situación provoca enfermedades y epidemias y se torna difícil su control. Estas condiciones provocan la aparición de los dañinos y escurridizos ratones. Estos son animales peligrosos para las aves por ser portadores y transmitir enfermedades. También se reduce el tiempo que su dueño le puede dedicar a cada gallo por el exceso de trabajo. Cada gallo, gallina o pollitos en desarrollo o entrenamiento requiere la observación diaria para detectar enfermedades o cualquier condición que sea nociva a la mejor condición del animal. En tiempos de lluvias la sobrepoblación de animales provoca insalubridad y transmisión rápida de enfermedades
Los especialistas en aves recomiendan que el lugar destinado a gallos de pelea no sea compartido con otros animales como gatos, perros, palomas o cualquiera otro. Estos alteran la tranquilidad de los gallos y pueden ser portadores de enfermedades visibles o internas. Hemos visitado lugares donde más que gallerines lo que parecen son zoológicos. Recomendamos a cada deportista analizar el espacio que tiene, la cantidad de gallos que puede jugar por temporada, el tiempo que le puede dedicar a la crianza y los recursos económicos que dispone para satisfacer sus necesidades. Este análisis le da el número exacto de los animales que puede tener en un ambiente adecuado y tambien determinar la cantidad de gallinas que puede dejar echadas por año. De esta manera tendrá una banca de ejemplares saludables, en óptimas condiciones y será un respetado competidor en cualquier liga. La crueldad que se señala existe en una pelea de gallos no compara con el maltrato que puede sufrir un animal si no se tiene en un ambiente saludable y con la atención individualizada que requiere.
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