HISTORIA DE LAS PELEAS DE GALLOS EN LA REPUBLICA DOMINICANA
domingo, 3 de octubre de 2010
Continuando con este tema, en esta oportunidad me referiré a cuatro rasgos más de nuestras tradiciones: sistema de jaulas, duración de las peleas, diurnidad de las mismas y tusado.
SISTEMA DE JAULAS.- “Al saco o a la vista”; “a punta y cola”; “a media vara”, son expresiones que desaparecieron de nuestro léxico gallístico hace ya bastante tiempo y quizás sean extrañas para las nuevas generaciones de galleros o, si las han escuchado, lo más probable es que haya sido a través de algún ascendente lejano.
De acuerdo con los registros históricos en posesión de este cronista, el sistema de jaulas empieza en 1958, lo que indica que por alrededor de 130 años, las riñas se llevaban a cabo a través de los jugadores o coleadores, tomando como punto de partida de esta cronología el Reglamento de 1828. A lo mejor esta modalidad no fue uniforme en todo el país, puesto que de recuerdos que he rescatado de la memoria, me acuerdo que presencié peleas con coleadores, estamos hablando del año 1964 o 1965, cuando di mis primeros pasos en las lides galleriles. Estos coleadores eran verdaderos expertos en sus labores y eran solicitados por muchos galleros para que le colearan sus gallos, algo parecido a lo que aconteció con los armadores de espuelas de carey más recientemente. Por considerarlo ilustrativo, les copio textualmente un artículo del reglamento de 1958, elaborado por Luis Márquez
Artículo 14.-“………..Para el desenvolvimiento de los combates, habrá colgada una jaula de dos compartimientos con una separación de diez pulgadas, en donde el Juez y su auxiliar depositarán los gallos que van a enfrentarse…………..”
En los reglamentos de 1828, 1844, 1866 y 1886, no conseguí referencia alguna al sistema de jaulas. El artículo 35 del reglamento aprobado en la Convención de Carora en 1961, dice textualmente: “Los combates serán por el sistema de jaulas”. Lo anterior nos indica que el sistema de jaulas data de 52 años atrás y se ha consolidado en nuestras costumbres. En el Gallístico Maturín, tienen un sistema doble de jaulas: una para las peleas y otra para los reconocimientos; las primeras están colocadas a los extremos de la valla y permiten que los combatientes estén alejados y puedan verse a cierta distancia, lográndose de esta forma que puedan acometerse de frente; las segundas, son las jaulas dobles normales que se usan para los reconocimientos de ley. También en Sabana Libre, Trujillo usan un sistema bastante bueno, aún cuando las jaulas no están tan separadas.
Al saco 1934 Coleadores 1934
Sistema de jaulas Achaguas, Apure
Sistema doble jaula Club Gallístico Maturín, Monagas
Sistema Jaulas Sabana Libre Trujillo
DURACION DE LAS PELEAS.- La duración de las peleas en el país se han caracterizado por ser de largo aliento, lo cual ha cambiado en tiempos recientes; de ahí que expresiones como gallos del barrial o gallos de barro y machete, han desparecido de nuestro léxico también. El reglamento que poseo del año 1844 estipula en el Artículo 10 que las peleas serán de 40 minutos, sin embargo, en los reglamentos de 1866 y 1886, establecen que las peleas pueden ser hasta de una hora; el reglamento de 1828 no hace referencia alguna a la duración de las peleas.
Si tomamos la referencia del reglamento de 1997, en el cual se establece el tiempo de duración de las pelas en 30 minutos, se tiene que por más de 150 años las riñas fueron a 40 minutos. A principios de este siglo XXI, se acortó el tiempo a 20 minutos, lo que es indicativo de que en los últimos 15 o 20 años, la duración de los combates fue reducida en 20 minutos, o sea, un 50%. Y ya se está hablando de jugar en 15 minutos, lo cual ya se ha llevado a efecto en algunos campeonatos especiales.
Muchos galleros y criadores transitados en el reloj biológico están en desacuerdo que se siga rebajando el tiempo de los combates, así lo reflejó también la encuesta que se realizó para la actualización del reglamento nacional. Considero que se debe dejar el tiempo de 20 minutos y para campeonatos especiales se juegue a 15 minutos, lo cual debe ser informado con anterioridad por los organizadores de estos eventos.
Para concluir con este tema, este cronista nunca entendió el porqué de que si las peleas duraban 40 o 30 minutos, al llegar a los 39 o 29 minutos, el juez procedía a meter a los gallos en la jaula, ya que si una pelea dura 30 minutos, deben ser 30 minutos exactos, o 20 como en la actualidad. Esto lo he consultado con muchos jueces y galleros más veteranos, pero nunca recibí una respuesta satisfactoria. Quizás la respuesta esté en le artículo 20 del reglamento de 1958, el cual copio: “ Si los gallos llegasen a los treinta y nueve minutos peleando, el Juez dirá en voz alta: ¡Prueba! Y cumplidos los 40 minutos los reconocerá para sentencia. En el transcurso de este minuto los galleros podrán auxiliar a sus ejemplares, entendiéndose que los únicos auxilios permitidos son: el agua para refrescarlos; las tijeras para cortar los párpados o la punta de la cola; el paño para enjugar la sangre de las heridas; la pluma para limpiar la garganta; dar calor con el aliento al gallo, pellizcarlo, gorjearlo, animarlo en todo para despertarlo y estimular su impulso combativo; pero nunca pasarle la lengua por los ojos, con ánimo de limpiárselos, ni menos chuparle las heridas. Vencido el tiempo reglamentario, el Juez dirá: ¡Fuera los galleros!, y de seguidas entrará con el gallo careador a reconocer, y dará un veredicto”. Pero fíjense que este minuto era usado para las labores antes señaladas, no para que esperaran un minuto en la jaula. Es de destacar que en la época de los coleadores, se permitía este tipo de auxilios a los gallos, por lo que no se justifica en la actualidad que se usen 19 minutos, deben ser 20 minutos exactos.
DIURNIDAD DE LAS PELEAS.- En días pasados comentaba un aficionado que el gallo de riña es un animal diurno y, por lo tanto, se debería volver a las jugadas matinales, a fin de no afectarlos en su combativa. Ciertamente, el gallo es un ave mítica que anuncia el alba y también la llegada de las sombras, la noche. También es cierto que en épocas pasadas, quizás no muy lejanas, las riñas se realizaban en horario diurno y esta tradición aún se mantiene en poblaciones pequeñas y dedicadas a actividades agropecuarias los días domingos.
El crecimiento poblacional aunado a la movilidad social y el progreso del país, cambiaron esta tradición de jugadas diurnas, a unos horarios más ajustados a las necesidades de los galleros y a los nuevos tiempos. Es una consecuencia de los cambios que experimentamos y debemos adaptarnos a ellos. De allí que las jugadas nocturnas se han adentrado en nuestras costumbres, pero a pesar de que el gallo es una ave diurna, están en igualdad de condiciones para el combate en estos horarios. En estos tiempos lo que atenta contra las jugadas diurnas y nocturnas, es la inseguridad rampante en el país. Lo importante es que los organizadores de las partidas anuncien con antelación la hora del pesaje y comienzo de las peleas.
TUSADO DE LOS GALLOS.- En este aspecto, la memoria no me traiciona; recuerdo perfectamente cuando me pagaban dos bolívares de plata por tusar un gallo. La pluma era cortada casi a ras del pescuezo del gallo, tal como aún acostumbran en las Islas Canarias. Creo que esta modalidad duró hasta finales de los años 70 y principios de los 80, puesto que en el reglamento de 1969, todavía se hablaba de cortar la pluma a un centímetro de la pile. Luego vino la era de dejar una golilla de 5 centímetros, lo cual es más lógico, a fin de lograr una igualdad en las peleas, aparte de que los gallos presentan una mayor elegancia.
Niño Malcriado 1915
Gallo Canario
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