Aquel gallo campeón tiraba mi pollo de un lado a otro como tira un gato el ratón aquel que no se quiere comer.-Yo recuerdo que años atrás en la República Dominicana predominaban gallos cuyo estilo de pelea era muy diferente al estilo de los gallos que se usan hoy día. Aquellos gallos, se caracterizaban por ser valientes, cortadores y paleros (cuando le daban un golpe en lleno, hacían gritar, volar, correr o una combinación de estas tres reacciones al oponente). Otro aspecto en el que los gallos de otrora eran diferentes era el tamaño.Aquellos gallos eran mucho más pequeños. Recuerdo que cualquier gallo que pesara mucho mas de tres libras y cuatro onzas era sospechoso de tener sangre Manila (gallo de granja cuyo propósito es proveer carne y las hembras huevos). Pero los gallos de pelea eran de descendencia Española y lo que más me impresionaba de esos gallos era su habilidad de matar o neutralizar al oponente sin la necesidad de las "espadas" que se usan hoy día en los coliseos y galleras.
Bueno, para poder ilustrar el proceso del cambio, me voy a tomar la libertad de contarles una anécdota que viví en los años 80.
Aun siendo un muchacho, invertí todos mis ahorros en comprar un pollo indio-prieto(rubio-negro). El pollo se lo compre a viejo campesino que aunque no era famoso era respetado y admirado por aquellos que lo conocían y que a la vez sabían de gallos.
Orgulloso, amarre el pollo frente a mi casa y me senté a admirarlo. Pasa un gallero y me dice, "lo echa?!" Yo le conteste, bueno todavía no tiene espuelas para armarlo, pero me gustaría toparlo (una pelea breve y sin armas) para ver si es bueno. El gallero me respondió: "Yo tengo uno que lo trajeron de.... (Un país hermano) que te lo mata." "Ese gallo hizo cinco peleas en el coliseo de Santo Domingo, tres peleas en la gallera tal y dos peleas en la gallera cual." Donde lo compraste le pregunte y me contesto: Bueno hace como un mes lo trajo un señor de la capital para encastarlo con unas gallinas.
Yo pensando que no volvería a verle la cara al señor aquel, le dije tráelo. Como media hora más tarde, escucho que alguien me llama de afuera. Cuando salgo, ahí estaba el tipo con tremendo gallo en la mano.
Aquel gallo era indio/rubio, de cola larga, con medidas y contextura perfectas y estaba pelado (recortado) como que lo había pelado un estilista. Le dije "déjame ver" y tome el gallo en la mano. No creía lo que estaba viendo; aquel gallo pesaba como cuatro libras! Pero no había duda que era fino, se le veía a leguas.
Le dije que embotara su gallo (que le tapara las espuelas) para proceder con el tope. La gente comenzó a aglomerarse y a tomar la mejor posición para presenciar la pelea (el tope). En aquellos tiempos, se usaban trapos para embotar los gallos (pedazos de ropa vieja) lo cual tomaba cierto tiempo. Cuando soltamos los gallos, aquel gallo se abalanzo sobre mi pollo como un rayo y la verdad que yo estaba anonadado porque nunca había visto cosa igual. El gallo aquel le tiraba uno, dos, tres y hasta cuatro tiros por cada uno de mi pollo. Mi pollo hacia lo que podía pero aquel gallo "gigante" era más alto, mas rápido y si mejor que él. Para colmo, cada vez que aquel gallo extranjero tiraba producía un sonido que me pregunte tiene alas o turbinas? Yo sentía impulsos de levantar mi pollo pero frente a la muchedumbre había una viejita que gritaba "voy al chiquito" y cada vez que me disponía a levantar mi pollo para salvarle la vida, la viejita me detenía con su voz "voy al chiquito!
Aquel gallo campeón tiraba mi pollo de un lado a otro como tira un gato el ratón aquel que no se quiere comer. En una, mi pollo cayó en una lomita de tierra y por fin pudo alcanzar al demonio aquel en la cabeza y le dio un palo tan certero que lo dejo pataleando y aleteando en círculos. El público se volvió loco y la viejita me abrazo. El gallero me pregunto si podía mojar su súper gallo y yo lo lleve al patio trasero donde había una llave. Lo mojo con agua fria y medio despertó, pero cuando yo le ponía el mío en frente el gallo aquel no intentaba correr, pero tampoco intentaba pelear.
El gallero aquel me confesó que cogió el gallo sin permiso y estaba bien asustado. Nunca mas volví a ver el gallero aquel, pero alguna vez me encontré con testigos de aquel tope y orgulloso les escuche decir "ese muchacho tiene gallos buenos!" Mientras procedían a contar la historia que ustedes acaban de leer
Con respeto
Matador
Fiovalentin@aol.com
Matador
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