Por “gallino”se entiende al gallo que tiene el plumaje similar al de una gallina. También se le denomina gallo, gallino, cuando esta singularidad no la tienen muy acentuada. Sin embargo, su aspecto feminoide no afecta su temperamento, celo, funciones reproductivas y casta para la lidia. Las glándulas cumplen funciones importantes en la regulación de la vida animal y del aspecto orgánico, hasta el comportamiento social y su relación con el medio ambiente. Son muchos los roles que juegan las glándulas como medios reguladores y condicionantes de la biogenética.
Por consiguiente, pueden darse modificaciones de tipo mutable que originan una transmisión hereditaria con ciertas características.
M. Hull clasifica estas mutaciones como químico-orgánicas y una de las más comunes en las aves es la que origina los especímenes machos con revestimiento de plumas hembras. Sucede que las gónadas o glándulas sexuales producen un nivel más bajo de testosterona, modificando su contenido en la sangre. La principal característica de las aves es que tienen el cuerpo cubierto de plumas, que nacen de un folículo y son alimentadas por nervios y vasos sanguíneos, que luego se secan y mueren cuando las plumas llegan a su plenitud.
El tipo de plumas de ave tiene una estrecha relación con la sangre y, por ende, con su contenido de hormonas. Júpiter fue un gallino pinto que los señores De la Fuente, propietarios del galpón “Los Sauces”, obtuvieron a través del Dr. Sven Ericsson. Lo supieron encastar con gallinas del norte y otras de la cría del Sr. Eusebio Bravo. Durante años han mantenido una prole de insignes campeones, forjadores de una de las mejores líneas de gallos de espuela que existen en el Perú. Entre sus afamados descendientes están, por mencionar algunos: “las panteras”, “el gallo Venancio”y muchísimos más. Entre los gallinos famosos que se han visto pelear en Lima podríamos nombrar a “La Coqueta”.Su propietario, el carismático Pajarito Feijoo, le daba de beber unos sorbos de pisco (aguardiente peruano) antes de pelearlo, y lo presentaba con las uñas pintadas; ganó muchas peleas y fue el centro de muchas anécdotas.
Otro gallino que los aficionados también recordarán es “La Perra”, del laco Salinas. Al soltarlo en el ruedo, hacía una serie de excentricidades que llenaban de socarronería a todos los asistentes, al tiempo que observaban un ejemplar de excelentes condiciones combativas.
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